(6) Barrancas
Después la costa se empina orgullosa. Desde lo alto de sus barrancas mira el Paranacito. Aquí se para en seco. A pique. Baja a beber más allá. En algunos sitios zambulle y sale a respirar en las islas.
En esas barrancas Mario Kennedy enseña a nadar a sus tordillos.
Cómo? Pone una valla junto al filo. En lo más alto de la cortadura. Monta desnudo. A lo indio. Cierra piernas. Una carrera. Un salto. El vacío... y desde varios metros de altura caballo y caballero se precipitan sobre el Paraná.
Así adiestró a su tropilla.
Ya puede a cualquier hora, desde cualquier altura, cerrar espuelas y caer bien “montao” en la muerte. (continuará)
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