El diario El Mercurio reseña la obra de Gabriel Valdés Subercaseaux "Sueños y memorias" en su edición dominical (12.04.09). Publica también segmentos de tal autobiografía de quien ha sido faraón de la Democracia Cristiana de Chile y como tal canciller, diplomático y senador. Narra que, siendo titular de RREE, lo visitó -1964- José Toribio Merino que equivale en Argentina al hipergorilón Isaac Rojas. Narra así el episodio: "Llegó a mi oficina. Me expresa que trae una noticia: la flota trasandina está deshecha. El Belgrano en reparaciones. Otro acorazado en viaje a Europa. Los submarinos en desuso. Como representante de la Marina propone destruirla. Las fuerzas navales chilenas están dispuestas a atacar y liquidar el asunto". El autor comenta "ante tamaña propuesta quedé espantado y le dije: eso es la guerra". Respondió, "pero, la ganamos nosotros y eso es lo que importa". Ante tan insólito plan fui al despacho del Presidente (Eduardo Frei Montalva). Me manifestó "dile que se vuelva a su oficina y hablará con él mi Ministro de Defensa". Le dí el recado. Se retiró sin emitir palabra".
Este Merino es quien fragua ocho años más tarde el Plan Cochayuyo articulador del golpe de Estado que depone a Salvador Allende. Luego, aunque colaborador del general Pinochet, será tenaz adversario de las negociaciones que conducen a la paz vaticana. Refunfuñando, encerrado en su despacho y sin fotógrafos rubrica el Tratado de Paz y Amistad que finiquita la querella del Beagle.Tal documento pone fin a la amenaza de un baño de sangre. Locos y sensatos hubo en ambas repúblicas. Aun hoy en todo el espectro político -aquí y allá- están los resentidos que lamentan lo que la patria `perdió con ese milagro atribuible a Juan Pablo II. Eso no tiene nada que ver con la antinomia "izquierda" y "derecha", con la contraposición "militares" y "civilidad" y menos aun al antagonismo entre "democracia" y "dictadura". El comentario de Valdés -por otro lado- permite visualizar la patriotería que afecta como epidemia a miles y nos empuja a conflictos armados como el que anhelan hoy psicóticos chauvinistas de Santiago y Lima. Son miopes y llegado el momento son otros los que marchan al frente.
Prof. Pedro Godoy Perrín
Centro de Estudios Chilenos (CEDECH)
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