19.3.12

“Suramérica tiene un proceso de integración que es irreversible”


La secretaria General de la Unasur, señaló que ese organismo ha demostrado tener un “enorme peso político” en la región y superar las diferencias ideológicas.
Al cumplirse ayer un año de entrar en vigor el Tratado Constitutivo que le dio vida a la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, la secretaria General de ese organismo, María Emma Mejía, resaltó el papel integrador que se ha consolidado en la región y negó que intente competir o reemplazar a otros organismos, como la OEA.
Por eso, a dos meses de entregarle la Secretaría al exministro venezolano Alí Rodríguez, Mejía habló con El País de los logros de la Unasur y del liderazgo que ha tenido Colombia en su política exterior.

¿A pocos meses de entregar la Secretaría General de la Unasur, qué balance hace de su gestión en ese cargo?

Yo creo que lo más importante de Unasur es su institucionalidad, la misión fundacional que teníamos. Unasur entró en vigor el 11 de marzo, con el Tratado Constitutivo que se sanciona en Quito y ese primer aniversario nos deja con la institucionalidad definida, con la apertura de una sede en Quito, la capital escogida por los presidentes; con los nueve consejos sectoriales en los cuales trabaja e incide en Suramérica: el de Defensa , Infraestructura, Drogas, el Electoral, de Salud, de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología; el Consejo de Desarrollo Social, y el de Economía y Finanzas.
Y esperamos que este sábado 17 de marzo en la cumbre de ministros de Relaciones Exteriores de nuestros países, en Asunción, se puedan definir los reglamentos internos, más el presupuesto definitivo de la Unasur.

Hay quienes creen que la Unasur carece de fuerza política...

Desactivar los momentos tan difíciles del 2008, en la forma tan ágil, inclusive el apoyo que dieron dos presidentes de Unasur para la solución del caso de Honduras, muestra cómo esta organización tiene un mecanismo muy ágil y muy audaz para encontrar soluciones políticas, tal vez más que otros organismos multilaterales. Así que creo que su utilidad se va a ir viendo con el paso del tiempo.

¿Qué ha significado para Colombia su presencia al frente del organismo?

Para la consolidación de la presencia de Colombia en Suramérica ha sido muy importante el que nosotros hubiéramos tenido una representación en Unasur o que Colombia hubiera podido ejercer esa Secretaría General. Fíjese que hoy en día lo pudimos hacer en ese pacto tan afianzador de nuestra relación, como fue la decisión de los doce países que compartiéramos Colombia y Venezuela el período que le restaba al expresidente Néstor Kirchner.
Es una decisión de la nueva política exterior de Colombia, que va ganando en prestigio y aceptación entre sus pares de América del Sur, de América Latina y del Caribe.


Usted dijo alguna vez que la Unasur busca constituirse como el bloque más grande de la región, ¿qué tan cerca está hoy de ese propósito?

Muy cerca, lo digo sin prepotencia. Creo que es un bloque regional, de enorme peso. De los grandes activos suramericanos uno puede mirar que tenemos una macroeconomía, un crecimiento como hacía mucho no registrábamos. Aprendimos de los errores del pasado y no los hemos vuelto a cometer: la década perdida de los 80, las hiperinflaciones, la década frustrada de los 90.
Hoy estamos en crecimientos positivos, en un momento donde le podemos mostrar al mundo, como países emergentes, que en América Latina nuestras naciones están dispuestas a prestar una mano en estas vacas flacas europeas, a cambio de esa gobernabilidad de los organismos multilaterales.

¿En qué otros temas ha avanzado el organismo?

Estaremos entregando, en mayo, como única región del mundo, el registro del gasto militar suramericano, como un ejemplo al mundo de que somos una zona desnuclearizada y en paz. Un continente que tiene una sanidad macroeconómica, según todos los analistas y expertos, que al mismo tiempo tiene un gran potencial de recursos naturales. Activos que hacen que Unasur figure en el mapa no sólo por los problemas sino por las potencialidades.

¿El registro de datos cómo funciona?

Los ministros de Defensa resolvieron que la información del gasto militar se enviara al Centro de Estudios Estratégicos, que pudiera compilar esa cifra y dar un análisis de esas cifras para conocimiento del mundo, que es lo que estamos haciendo en estos meses y que se confía tener esa información para mediados de mayo de este año.

También se ha hablado de implementar el Banco del Sur, ¿en qué va?

Bastante bien. Su creación como un nuevo banco de fomento a la banca de desarrollo tomará al menos un año, tal vez a principios del 2013 pueda nacer formalmente, pero ya se está en los trámites. Es un instrumento importante y necesario que afianzará, además, los bancos de desarrollo que ya tiene la región.
En algún momento el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que la Celac no era un organismo más, como la Unasur.

¿Realmente la Unasur es un organismo más o cumple un papel concreto en la región?

Unasur es un organismo político definitivamente, que tiene un enorme peso político, es de una gran agilidad. Es un organismo con mucha agilidad, más que cualquier otra organización, de prevenir o de anticipar alguna incidencia política en la región y desarmar esas acciones.
Nos pasó en el año 2008 con el intento de secesión en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, pasó el 30 de septiembre (en Ecuador) con el intento de desestabilización política, o en las relaciones entre Colombia y Venezuela.

¿Cree que la Unasur puede llegar a reemplazar algún día a la OEA?

No. El presidente Santos y algunos otros presidentes han insistido siempre en que esto no es contra nadie, nuestro organismo no nace con el espíritu de irse contra nadie o de suprimir a otro. Lo ha demostrado. Suramérica tiene un proceso de integración irreversible y poderoso, una voluntad política inquebrantable de nuestros jefes y jefas de Estado y unas posiciones comunes que ya hoy se muestran no solo ante la región sino frente al mundo, que hacen de esta, una organización muy importante para el equilibrio mundial.

¿Sigue existiendo diferencias dentro del organismo?

Claro que hay diferencias, y como las decisiones aquí son por consenso pues exigen de una dialéctica, de un convencimiento, porque no todo son buenas noticias, y eso es parte de la riqueza de Unasur, que a pesar de esas enormes diferencias, pudimos construir sobre los consensos.
Me parece que los presidentes han logrado una madurez tal y un pragmatismo donde las batallas ideológicas, no es que se sacrifiquen, de alguna forma se dan, pero prima la búsqueda de consensos que son benéficos para nuestra población.

¿Eso significa que en algún momento se intentaron formar bloques que pudieron amenazar su estabilidad?

Absolutamente no. Hay posiciones de derecha, de izquierda, de centro, pero nunca la ideología ganó al sentido común y a posiciones en torno a las cuales había convencimiento para trabajar.

¿Cómo ve la Unasur a Colombia en materia de política exterior?

Creo que el Gobierno de Colombia, al acercar sus relaciones con sus vecinos y con toda la región, se ha convertido en un actor de primer orden en este proceso de integración, no solamente hacia Unasur, sino también hacia la Celac, la Alianza del Pacífico, y creo que es una ficha hoy definitiva en nuestro continente.

Con el surgimiento de otros organismos en la región, como la Celac, ¿cree que se estaría abusando con tantos mecanismos de integración?

No creo. Nosotros tenemos una vocación integradora desde nuestros fundadores, de la patria grande suramericana de la que hablaran nuestros libertadores. Ha sido un sueño reiterado, en el Siglo XIX se buscó, en el XX se intentó con la CAN, el Mercosur. Ahora la Unasur y, por supuesto, la Celac, que es una especie de paraguas que agrupa también y que reemplaza al Grupo de Río donde está México, Centro América y El Caribe, que son parte importante de la mirada de ese modelo integrador.

Usted había dicho que la Unasur estaba blindada de las disputadas políticas, ¿realmente ha funcionado así?

No digo blindada, sino al contrario, que tiene el poder de desactivar esos posibles brotes, o diferencias o acciones específicas. Lo
demostró en el pasado en una forma inmejorable, ágil, rápida con el mandato de los propios presidentes.
Creo que esa es su gran virtud, la posibilidad que tiene de desactivar, con alertas tempranas esas posibles diferencias.

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