8.1.10

Antonio Mamerto Gil Nuñez


El 8 de enero, miles de personas veneran al Gaucho Antonio Mamerto Gil Nuñez. Muchos viajarán a rendirle homenaje hasta su santuario levantado sobre la ruta 123, a 8 kilómetros de la Ciudad de Mercedes, en el centro de la Provincia de Corrientes, donde en enero de 1878 su cuerpo fue enterrado, luego de haber sido colgado y degollado en un algarrobo.
Aquellos que por diferentes motivos no puedan realizar esa distancia, lo visitarán en los muchos santuarios que han sido montados en distintos lugares del Gran Buenos Aires.

Antes de convertirse en la leyenda de "El Gauchito Gil", Antonio Mamerto Gil Nuñez fue un hombre que trató de vivir dignamente y ayudar a quienes más lo necesitaban. Era un muchacho de buen hablar y bastante culto, a pesar de no contar con la posibilidad de seguir estudio alguno.
Tal vez la influencia de sus antepasados lo llevaron a preocuparse por cuestiones que al común de los otros muchachos no le interesaban: su bisabuelo materno era el General venezolano Carlos Nuñez, que había sido compañero de Bolívar en el Ejército Libertador de Venezuela, y su abuelo paterno había sido Don Ramón Gil, un naturalista español que llegó hasta Corrientes siendo expulsado de su país por la Corona española, debido a manejos poco claros en el Ministerio de Ultramar.
Varios estudios afirman que su madre, Doña Encarnación, fue decisiva en la educación de carácter humanista que recibió el joven Antonio.

A los 20 años, consiguió trabajo en un establecimiento llamado La Valencia, y en él conoció a Estrella Díaz Miraflores, una viuda, madre de una niña y heredera de la estancia, que le llevaba algunos años pero que se sintió atraída por ese joven culto, amable y varonil. Estrella era, también, la prometida del comisarío del pueblo (era habitual que los familiares de una viuda de "buena familia" se preocuparan de que la mujer no quedara sola), que al enterarse del amorío no dudó en averiguar quién era este muchacho, y comenzó a hostigarlo permanentemente.

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