14.1.10

“El Revisionismo histórico no es una receta”

En el marco de los festejos por el Bicentenario, el coordinador general del Centro de Estudios Históricos Arturo Jauretche (Cehaj), profesor Marcelo Faure, nos cuenta las acciones que se están llevando adelante desde este espacio cultural y reflexiona sobre algunos emergentes del contexto social y político actual.

Entre mate y mate vamos deshilvanando la charla de sábado por la tarde. Mientras, en la computadora personal suena “Queridos amigos” de Fuerte Apache.

“Ya está conformada la Asociación Civil Jauretche, que viene a ser la formalidad de un Centro de Estudios Históricos que funcionó de facto ocho años ininterrumpidos. Que trabajará en lo cultural, lo social y lo educativo, con otras instituciones similares, con organizaciones sociales y con el Estado”, dice Faure.

Me muestra un artículo firmado por María Ester Ceceña y un DVD sobre Bases militares norteamericanas obsequiado por el cordobés Daniel Vaca Narvaja: “Ceceña es una intelectual joven y brillante que desnuda los aparatos de dominación instalados en nuestro continente. Es muy fuerte leerla, desentrañar sus textos y conferencias, que muestran la articulación casi perfecta entre Super Estados parasitarios y empresas multinacionales”, confiesa el profesor.

En 2009, el Cehaj impulsó un Seminario de Historia y Filosofía que fue declarado de interés por la subsecretaría de Cultura de la provincia de Entre Ríos: “El Seminario sirvió de mucho porque llegamos a un conjunto de personas interesadas en reflexionar y crecimos también nosotros. Una de las situaciones que pudimos pensar fue la conquista de “el campo” por las multinacionales; cómo se establece un hilo conductor entre campo y ciudad, cómo el sujeto burgués, el ciudadano (de la ciudad) se encapsula en la urbe y desconoce el daño contaminante que se realiza en los espacios rurales mientras se expolian bienes naturales; la producción de soja, el petróleo y la minería avanzan y van cercando al agua dulce y la biodiversidad que también, sigilosamente, son privatizados”.

Le pregunto a Faure cuál es la tarea del 2010, si hay alguna: “La tarea es la de siempre, quizás teñida por el Bicentenario; ilustrar, recuperar y construir conocimiento revulsivo, difundirlo. Ser un amplificador de todo lo que la gente de buena voluntad hace y los medios de comunicación masivos, ya transformados en emporios empresariales, esconden o distorsionan”.

Faure me lee una cita de Leonardo Boff sobre Benedicto XVI y su encíclica Caritas in Veritate del 7 de julio: “Este papa no valora el nuevo cielo y la nueva Tierra, que pueden ser anticipados por las prácticas humanas, solamente conoce esta vida decadente, y por sí misma insostenible (su pesimismo cultural), y la vida eterna y el cielo que vendrán. Se aleja así del gran mensaje bíblico que tiene consecuencias políticas revolucionarias al afirmar que la utopía terminal del Reino de la justicia, del amor y de la libertad sólo será real en la medida en que se construyan y se anticipen, en los límites del espacio y del tiempo histórico, tales bienes entre nosotros”.

“Me gustó la idea esa de optimismo cultural; a Boff lo leo desde que lo conocí en el Foro Social Mundial y me gustó. Hace una prosa plebeya que permite seguirlo con bastante inquietud. Y nos da letra a varios que creemos que la política es Biopolítica, que las teorías del Estado y la Sociedad son inocuas si no logramos sincronizar con el Cosmos”.

Le pregunto por el gobierno nacional y los conflictos políticos de los últimos tiempos. “Sería mezquino si negara que el de Kirchner fue el mejor gobierno de la democracia desde 1983, el más intenso. Sucede que estamos atados a formas de hacer política del siglo XX y repetimos recetas viejas. Nuestros dirigentes tienen que leer Antonio Gramsci para entender por qué la nueva Ley de Servicios Audiovisuales es correcta y buena y no corear como loros una frase hecha por Néstor Kirchner, por ejemplo. Basta escuchar los argumentos del Relator de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, el guatemalteco Frank La Rue, para descubrir las sandeces de la oposición política, que es en su mayoría neoliberal o liberal a secas”.

El entrevistado se acomoda porque está en un pos operatorio. Tiene que caminar más, tomar más agua e ingerir menos sal. “Además, sería necio si pongo las manos en el fuego por el gobierno ya que sufrimos en carne propia muchísimos errores, dirigencias anquilosadas, militantes rentados. Pero hay un nuevo escenario en Latinoamérica y el mundo y eso debe darnos fuerzas para incorporar nuevas ideas”, dice.

Saca esta vez de la biblioteca un librito de Fermín Chávez; “Este tipo defendía el rock, es de Nogoyá, entrerriano, estudió en Perú con los curas, y para espanto de las jerarquías del Revisionismo histórico argentino, defendía el rock. Lo pienso y me da mucha alegría, y pena por los viejos revisionistas que se aferran a la tradición sin dejar lugar a los nuevos deseos, las nuevas prácticas”.

En octubre de 2010 se realizarán las 3º Jornadas de Revisionismo Histórico en La Paz, Entre Ríos. “Estamos invitando a intelectuales del Mercosur; Victor Jacinto Flecha de Paraguay, Gonzalo Abella y Marcelo Saravia Cabrera de Uruguay, y otros de Bolivia, Chile y Argentina; Jorge Rulli, Marco A. Roselli, Julio Fernández Baraibar. El grupo organizador tiene un desafío en estas 3º Jornadas, incorporar temáticas renovadas tales como: ecología, música y pueblos nativos. Y a propósito de este cumpleaños de la patria, vale aclarar que los pueblos nativos tienen otra mirada, lícita, y tenemos que estar dispuestos al diálogo”.

Volviendo a Latinoamérica, le pregunto a Faure sobre los procesos de la última década: “Te respondo con un título del espacio Carta Abierta: Profundización de los cambios o restauración conservadora: un dilema para América Latina. Creo que sigue siendo el desafío fundamental. La Restauración conservadora está fogoneada desde las usinas de poder económico, político e ideológico. Ahí está el fugaz grupo “Aurora”, pero a estar atentos que van llegando los gorilas con muchas técnicas de disuasión y convencimiento para separar a los más valiosos del seno de la comunidad. Quisieron hacerlo contra Evo Morales en la hermana Bolivia, aventando un odio racial inventado. Honduras es otro ejemplo de los movimientos destituyentes, de cómo los poderosos trabajan en todos los ámbitos y confunden al Pueblo y atemorizan y asesinan. Estamos convencidos que detrás está la CIA y el Pentágono. ¿Y Obama, la esperanza negra? Bien, Gracias”.

GSB

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1 comentario:

Pequeños Productores dijo...

Muy bien compañero, hay que seguir pensando cómo construimos una sociedad justa y equitativa.

TIERRAS PARA QUIENES LA TRABAJAN!